Cirugía maxilofacial
Apnea obstructiva del sueño
El Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS) es una enfermedad que consiste en la aparición de episodios repetidos de pausas respiratorias durante el sueño, las apneas, normalmente superiores a los 10 segundos. La causa principal de obstrucción es el colapso de las paredes de la vía aérea superior.
La apnea no sólo nos hace roncar. La disminución de la oxigenación da lugar a somnolencia diurna excesiva, depresión y pérdida de concentración. Incluso, puede derivar en graves problemas cardiovasculares. Las personas con apnea obstructiva del sueño presentan durante el sueño un bloqueo transitorio de la vía aérea superior, lo que provoca un descenso en la oxigenación de la sangre.
Este bloqueo provoca una serie de ronquidos, tras lo cuales aparece una fase de silencio que corresponde a la apnea, y posteriormente dos o tres ronquidos de mayor potencia como resultado del estímulo de la falta de oxígeno que envía el cerebro a las vías respiratorias.
Las personas con apnea obstructiva del sueño normalmente resoplan, jadean o sufren un pequeño ahogo. Este patrón se puede repetir de 5 a 30 veces cada hora durante toda la noche, como consecuencia no se obtiene un descanso óptimo ni reparador.
Articulación Temporomandibular
La articulación temporomandibular (una a cada lado de la cabeza), es la articulación formada por la parte superior de la mandíbula y el hueso temporal del cráneo . Este hueso actúa como una bisagra deslizante y, en ocasiones, puede presentar problemas debido a la complejidad de los movimientos que realiza. Estas articulaciones son las que permiten que la mandíbula se mueva hacia delante y hacia atrás, por lo que son indispensables para realizar funciones básicas como masticar o hablar.
El síndrome puede tener distintas causas, una causa muy común es el estrés físico sobre las estructuras cercanas a la articulación, como son los músculos de la mandíbula, la cara y el cuello, los dientes, los ligamentos, los vasos sanguíneos o los nervios cercanos. Otras causas pueden ser el rechinamiento de los dientes (bruxismo), una mala mordida, una mala postura, una dieta deficiente, la falta de sueño o la artritis.
Cáncer Oral
El cáncer en la región maxilofacial es uno de los 10 más comunes que se manifiesta en el cuerpo humano. Se presenta en forma de tumores que suelen aparecer en la cara, el cuello y la boca. Este tipo de lesiones requieren un estudio minucioso para lograr un diagnóstico preciso. Para ello, se requiere un abordaje multidisciplinar, esto es, con la colaboración de muchos especialistas, entre los cuales juega un papel fundamental el cirujano maxilofacial.
Los siguientes signos de alerta pueden indicar la presencia de un cáncer de boca:
Quistes Maxilares
Los quistes a nivel de los maxilares son una alteración relativamente frecuente, de etiología benigna, y de fácil resolución. Sólo en casos muy poco frecuentes, estos quistes ya sea por el tamaño o por el tipo de tejido pueden comportar secuelas más graves como pérdida de dientes, de tejido óseo o incluso invadir estructuras vecinas.
Síntomas quistes en la boca
Los quistes en la boca no provocan dolor ni molestias, por lo que es necesario detectarlo mediante una radiografía. Es solamente cuando el quiste es de gran tamaño que podremos notar ya un dolor agudo e intenso así como una inflamación en el hueso que puede llegar a mover los dientes de la boca.
Extracción de muelas del juicio
Las muelas del juicio, son el tercer molar. Se encuentran situados en la última posición de la línea de la dentadura, tanto en la parte superior como inferior de la boca.
Estas cuatro muelas suelen salir entre los 16 y los 25 años, aunque en ocasiones solo aparecen parcialmente o no lo hacen en absoluto, al estar cubiertas por encías o huesos que no les permiten salir.
La extracción de la muela del juicio evita complicaciones y los riesgos de dañar estructuras vecinas como nervios y dientes.
Existen varios síntomas ante los que es recomendable una extracción.
Algunos de ellos son los siguientes:
Por otra parte, es aconsejable realizar una extracción cuando los cordales puedan dañar otros dientes. Por ejemplo, si las muelas del juicio están torcidas, pueden empujar otras piezas y provocar caries en los dientes vecinos. También es altamente recomendable la extracción de los cordales incluidos, ya que pueden causar problemas como quistes y deterioro de otros dientes y encías.
Además, se aconseja especialmente su extracción después de tratamientos de ortodoncia con el fin de evitar la recidiva, es decir que los dientes se descoloquen y apiñen debido a la aparición de los cordales.
Traumatismo Facial
Traumatismo Facial
Un traumatismo facial, o fractura facial, se da cuando se rompe uno o varios huesos de la cara. Éstos pueden ser alrededor del ojo, pómulos, nariz o mandíbula.
Un tratamiento adecuado permite una reconstrucción del 100%, sin ninguna secuela.
Los deportes de riesgo, las agresiones y otros accidentes graves siguen siendo causantes de fracturas en la cara.
Existen muchos tipos de fracturas faciales y no siempre se dan de forma aislada, sino que se suele producir una combinación de varias. Las más frecuentes son las que resumimos a continuación.
1. Fractura nasal
Es una de las fracturas más comunes debido a la prominencia de la nariz. Puede ser lateral o frontal y afecta a hueso, cartílago y tabique. Puede detectarse por una deformación de la nariz, obstrucción nasal o dolor.
2. Fractura de la mandíbula
La mandíbula al fracturarse puede causar maloclusión, dolor, edemas, movimientos anómalos de la mandíbula o los dientes, deformaciones y asimetría. Generalmente se da por impacto directo ya sea por una agresión, o en accidentes donde si el caso no es integral convierte a la mandíbula en la parte más vulnerable.
3. Fractura del maxilar superior
La mandíbula al fracturarse puede causar maloclusión, dolor, edemas, movimientos anómalos de la mandíbula o los dientes, deformaciones y asimetría. Generalmente se da por impacto directo ya sea por una agresión, o en accidentes donde si el caso no es integral convierte a la mandíbula en la parte más vulnerable.Hay distintos tipos de fracturas del maxilar superior, así que, según cada tipo de fractura, desde simples fracturas alveolares hasta fracturas que afectan en bloque todo el maxilar. Cada una requerirá un tratamiento específico. Normalmente los síntomas son deformidad, edema o hemorragia subconjuntival.
4. Fractura del hueso cigomático
La mandíbula al fracturarse puede causar maloclusión, dolor, edemas, movimientos anómalos de la mandíbula o los dientes, deformaciones y asimetría. Generalmente se da por impacto directo ya sea por una agresión, o en accidentes donde si el caso no es integral convierte a la mandíbula en la parte más vulnerable.Hay distintos tipos de fracturas del maxilar superior, así que, según cada tipo de fractura, desde simples fracturas alveolares hasta fracturas que afectan en bloque todo el maxilar. Cada una requerirá un tratamiento específico. Normalmente los síntomas son deformidad, edema o hemorragia subconjuntival.Suele deberse a un golpe directo en el lateral de la cara y se puede detectar por el aplanamiento lateral de la mejilla, imposibilidad de abrir la boca el dolor o edema.
5. Fractura orbitaria
Suele ser causa de un golpe en el ojo en el que la fuerza, transmitida por los tejidos del ojo, ha hundido el suelo hacia el interior del seno maxilar. En muchas ocasiones se asocia con lesiones oculares y visión doble y un hematoma muy aparatoso.
6. Fractura seno frontal
Normalmente se debe a impactos de mucha fuerza y se asocia con lesiones cervicales, maxilofaciales y corporales.
7. Fractura panfacial
Este tipo de fracturas afecta a más de un tercio de la cara, por lo que son muy graves. Se suelen deber a un impacto de gran energía y sus síntomas son una combinación de los de las zonas afectadas. Requieren un trabajo de reconstrucción importante, no solo de la funcionalidad de la zona, si no también de estética, para que la persona recupere las facciones que tenía antes del accidente.